26 jun 2009

*SAN EXPEDITO y La Legión alcanzada por un rayo

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SAN EXPEDITO
COMANDANTE DE LA LEGIÓN XII
“FULMINATA”


En el año 174 d.C, lejos de Egipto en la región del Danubio ocurrió un célebre incidente que expresa a la perfección la conmoción religiosa de ese período.
Muchos testimonios literarios antiguos y también iconográficos como la columna Antonina en Roma, nos han transmitido este curioso acontecimiento, cuando el ejército del emperador Marco Aurelio se encontraba abatido en el campo de batalla frente a sus enemigos marcomanos (en Dacia).
El emperador, abrumado por la sed y el hambre, y a punto de ser derrotado, gracias a un mago que llevaba en su séquito, Arnufis , logra salvarse.
El cielo se rasgó en un gigantesco rayo y un trueno pavoroso.
La lluvia milagrosa descargada (tras los rezos de Arnufis a “Hermes aéreo”), desbarató al ejército enemigo, haciendo posible la victoria del ejército romano. Entonces esta legión tomó el nombre de “fulminata” o fulminada (alcanzada por un rayo).
Sin embargo para la historiografía cristiana la causa del prodigio fue otra…
Según San Apolinar (Obispo de Hierápolis - 179 d.C), como las tropas de Marco Aurelio habían luchado en vano durante largo tiempo por subyugar a los germanos, el emperador resolvió ponerse al frente de las operaciones.
Había cruzado ya el Danubio, cuando los quadros, un pueblo que habitaba el territorio que más tarde se llamaría Moravia, le rodearon en una posición muy peligrosa para él. Las tropas del emperador no tenían ninguna posibilidad de escapar de las manos de sus enemigos, ni tampoco podían resistir largo tiempo, por falta de agua.
La duodécima legión estaba compuesta principalmente de cristianos.
Cuando el ejército se hallaba a punto de perecer de sed, los cristianos se arrodillaron, "como acostumbraban hacerlo para orar" y pidieron a Dios su ayuda.
Súbitamente, el cielo se cubrió de nubes y una espesa lluvia se desató, en el momento en que los bárbaros se lanzaban al ataque. Los romanos luchaban y, al mismo tiempo, bebían el agua de la lluvia que recogían en sus cascos.
Los bárbaros eran más poderosos que los romanos; pero un fuerte viento, acompañado de truenos y relámpagos, hizo que la lluvia les azotara el rostro y les cegara, lo que les obligó a huir aterrorizados.
No obstante estos relatos , es seguro que no fue Marco Aurelio quien dio a "la legión de trueno" el nombre de "legio fulminata," dicho nombre proviene de la época de Augusto.
(Fuente: Corpus Hermeticum y Asclepio de Brian P. Copenhaver; Introducción- pag. 31- Ed. Siruela- 2000 )

La legión XII existe desde el 57 a.C. hasta al menos el siglo V d.C.
Julio César es entonces su fundador, que la crea para su campaña en Helvecia.
A partir del año 284 Dioclesiano asigna a la región de Capadocia las siguientes legiones: IV, XII, XV y XVI. ; y en 298, un tratado de paz obligó a los Persas a ceder territorios en el norte de Mesopotamia. La legion XII debe haber jugado un role en todas estas campañas.
La unidad todavía vigilaba el cruce del Eufrates cerca de Melitene al comienzo del siglo V.
En el año 303 se produce el martirologio en Melitene de San Expedito y sus compañeros y de San Jorge en esta región.

24 jun 2009

*San Expedito acata el nuevo mandamiento: "Ama a tu enemigo"

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“NO MATARÁS”

"Sabéis que se dijo a los antiguos: ´No matarás´ y ´el que matare será reo de juicio´. Pero yo os digo que el que se enoje con su hermano será reo de juicio..." (San Mateo 5; v 21 y 22)

"Sabéis que se dijo: ´Ojo por ojo y diente por diente
´ Pero yo os digo que no resistáis al mal; antes a quien te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra... (San Mateo 5; v 38 y 39)

Sabéis que se dijo: ´Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo´. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por quienes os persiguen, para que seáis hijos del Padre Celestial, que hace salir el sol sobre buenos y malos, y hace llover sobre justos e injustos..." (San Mateo 5, 21 a 48)
Para un soldado estos mandamientos requerían de una transformación sumamente profunda, al punto de minar el sentido de la función militar en si misma y con ella el de las guerras y conflictos.
Por ello mismo son los soldados convertidos y luego mártires, como Expedito y sus compañeros, y Jorge de Capadocia, quizás los de mayor merito en el momento de las conversiones.
Parece a primera vista, y así lo estimaron algunos rigoristas primeros -Tertuliano, Orígenes o Lactancio-, que el cristianismo originario no era compatible con la profesión militar. Pero el espíritu de la Iglesia era mucho más amplio y recordaba antecedentes decisivos.

En efecto, el Bautista predicaba a los soldados la bondad y la justicia, Jesús escucha la súplica del centurión de Cafarnaúm, y Pedro bautiza al centurión de Cesarea .
En una sociedad como la romana, decadente y disoluta, las virtudes propias de la vida militar: valentía, abnegación, disciplina, desprecio de la muerte, eran disposiciones buenas para las virtudes cristianas.
Saludo al emperador por Lawrence Alma Tadema

Pues bien, una buena parte del gran número de los mártires de los primeros siglos estuvo integrada por soldados. Muchas veces las celebraciones de la vida militar implicaban ciertos ritos religiosos incompatibles con la fe. Y en tiempos de persecución, muchos soldados pagaron con su vida la desobediencia a cumplir con esos ritos.
Fueron muchos los soldados mártires, sobre todo, como es lógico, donde acampaban las legiones romanas.
Los augustos Diocleciano y Maximiano Hércules y el césar Galerio, concretamente, deciden eliminar a los cristianos del ejército. Todos los oficiales que se negaran a sacrificar habían de ser degradados, y algunos, como narra Eusebio, «perdieron por defender su fe no sólo su cargo, sino su vida»; fueron muchos los que «prefirieron sin vacilar la confesión de Cristo a la gloria y a las ventajas del mundo» (Hist. eccl. VIII,4).
Abrazándose a la cruz, hubieron de quebrar su espada.
Crucifixión por William Bourguereau
El Imperio Romano perseguía a los cristianos en esta época. Cuando San Expedito se convirtió al cristianismo comenzó a proteger a los mártires para que no fueran devorados por los leones en el circo. Esto le valió el arresto y el interrogatorio. Cuando se trataba de un soldado del ejército romano, antes de la decapitación debía sufrir el suplicio de la flagelación. El símbolo del martirio es la palma, con la que suele representarse al santo, confirmando su calidad de mártir.

Inicio

En agradecimiento a San Expedito he creado este blog.
He querido aportar datos a su historia y enriquecerla con imágenes.

Pero también ir buscando el sentido profundo de su conversión y el del cristianismo primitivo que él ha representado.

Mártir de "La Buena Noticia" que Dios ha dado al Mundo con la venida de Cristo, San Expedito cosecha hoy adhesiones en diferentes rincones del planeta.

¡Bienvenidos!

 

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